CRONICA DE UNA METEDURA DE PATA Y DE AGRADECIMIENTO A LA PERSONA QUE PAGÓ EL PATO
El miércoles día 10 de Junio, se celebraron en el observatorio José Luis Comellas, de La Rinconada varias actividades englobadas en una sola y orientada a niños.
Pues bueno por una metedura de pata mía, al precipitarme, obligué a nuestro amigo Antonio Suárez a un sobre esfuerzo impresionante, y desde aquí quiero agradecerle su actitud ante esta adversidad y pedirle perdón por meterlo en semejante follón.
El caso es que se organizó una actividad con poca antelación y de una características especiales, los asistente a los que iba dedicada fueron niños de entre 5 y 8 añitos, como os podéis imaginar aquello era la guerra, era como haber metido en una jaula a leones y burros hambrientos, bueno, pues los leones en un rincón acosados por los burros que se los querían comer.
Se presenta unos 50 niños de las edades citadas con sus respectivos padres y tienen una merienda campestre, a las 20’30 comienzan a entrar en el aula y a toma posiciones fortificadas, es decir los niños por grupos de edades y los padres porque no se querían perder puntada, aquel batiburrillo de risas, gritos carreras, solo pudo ser acallado por la profesora Miriam, que se presentó a la sesión provista de una silla y un látigo, única forma de que los crios entendieran, se quedaron callados, “Los brazos cruzados y la cremallera cerrada” y nuestro Antonio investido como con un halo divino de poder que ejercía sobre los asistentes inició la cesión con una charla sobre astronomía muy amena y ¡¡ OH Cielos ¡¡ se estaban callados y atentos, ¡¡ oh CIELOS¡¡ sabían que el nuestro sistema solar tiene 8 planetas, ¡¡ OH cielos¡¡ sabían muchas cosas.
Seguidamente, Antonio les explica que le vamos a poner una película sobre las lunas del sistema solar, tema que habían tratado en un trimestre completo y para asombro nuestro, los niños no solo estaban atentos sino que comentaban entre ellos las cosas que veían.
Aproximadamente al tiempo pensado, los mas pequeños comenzaron a impacientarse , por lo que recurrimos a terminar la peli, darles folios con dibujos para colorear y lápices de cera, los niños acogieron bien el cambio, pero los padres, apoyados como estaban la cara en su mano y su codo en la mesa absortos en la película, no nos insultaron creo que por educación, pero con los ojos inyectados en ira se les notaba la intención, no había un padre que no mirara la película como hipnotizado.
Mientras coloreaban los distintos motivos (muchos dibujos en colores reales “asombroso”, se hicieron grupos de padre e hijos de 10 aproximadamente y fueron pasando al observatorio para la sesión con el planisferio, del primer grupo me encargué yo, bueno mejor dicho, el primer grupo se encargó de mi, no conseguí hacer callar a los malditos enanos y como por simpatía, los padres tomaron el mismo camino, las manos señalando los detalles de la cúpula, otras Manos haciendo sombras en el cielo, papeles que se interponían entre ella cúpula y el proyector, gritos, preguntas SOCORRRRROOOOOOO ¡ ¡ ¡ ¡ ¡.
Afortunadamente, Antonio estaba cerca, en la puerta evitando que se colara más gente y se hizo cargo de la situación, , el resto de los grupos, conducidos por Antonio, sin problemas, silenciosos , todo perfecto, hasta yo, que me quedé de vigilante de puerta hice de espectador en todas las sesiones restantes, cuando terminamos, sorpresa, todo recogido, limpio, perfecto y un hermoso regalo de los niños un cuaderno de dibujos sobre el sistema solar a tamaño gigante precioso y un políptico con las fases de la luna, ambos regalos quedarán para exponerlos en el observatorio y disfrutar de ellos, a partir de este momento, Antonio el pobre exhausto, puso cara de descanso y aspiraba aires de vacaciones mientras los demás montaban los telescopios fuera, Jesús y Pepa, Isabel Roblas, nuestra estrella fugaz particular, Jorge Gil, Carlos “Dr. Cluster”, etc. rodeados de pequeños y mayores diciendo que habían visto a Saturno, haciendo colas en los telescopios montados mientras el resto hacia cena en el parque, después, despedida y cierre que mañana es día de clases.
A destacar el éxito de la actividad, lo bien organizada que estaba y todo gracias a Antonio que actuó de una forma magistral, que no perdió los nervios en ningún momento y me sacó del lío en que me metí y lo comprometí.
Gracias Antonio, ahora tomate esas merecidas vacaciones.
El miércoles día 10 de Junio, se celebraron en el observatorio José Luis Comellas, de La Rinconada varias actividades englobadas en una sola y orientada a niños.
Pues bueno por una metedura de pata mía, al precipitarme, obligué a nuestro amigo Antonio Suárez a un sobre esfuerzo impresionante, y desde aquí quiero agradecerle su actitud ante esta adversidad y pedirle perdón por meterlo en semejante follón.
El caso es que se organizó una actividad con poca antelación y de una características especiales, los asistente a los que iba dedicada fueron niños de entre 5 y 8 añitos, como os podéis imaginar aquello era la guerra, era como haber metido en una jaula a leones y burros hambrientos, bueno, pues los leones en un rincón acosados por los burros que se los querían comer.
Se presenta unos 50 niños de las edades citadas con sus respectivos padres y tienen una merienda campestre, a las 20’30 comienzan a entrar en el aula y a toma posiciones fortificadas, es decir los niños por grupos de edades y los padres porque no se querían perder puntada, aquel batiburrillo de risas, gritos carreras, solo pudo ser acallado por la profesora Miriam, que se presentó a la sesión provista de una silla y un látigo, única forma de que los crios entendieran, se quedaron callados, “Los brazos cruzados y la cremallera cerrada” y nuestro Antonio investido como con un halo divino de poder que ejercía sobre los asistentes inició la cesión con una charla sobre astronomía muy amena y ¡¡ OH Cielos ¡¡ se estaban callados y atentos, ¡¡ oh CIELOS¡¡ sabían que el nuestro sistema solar tiene 8 planetas, ¡¡ OH cielos¡¡ sabían muchas cosas.
Seguidamente, Antonio les explica que le vamos a poner una película sobre las lunas del sistema solar, tema que habían tratado en un trimestre completo y para asombro nuestro, los niños no solo estaban atentos sino que comentaban entre ellos las cosas que veían.
Aproximadamente al tiempo pensado, los mas pequeños comenzaron a impacientarse , por lo que recurrimos a terminar la peli, darles folios con dibujos para colorear y lápices de cera, los niños acogieron bien el cambio, pero los padres, apoyados como estaban la cara en su mano y su codo en la mesa absortos en la película, no nos insultaron creo que por educación, pero con los ojos inyectados en ira se les notaba la intención, no había un padre que no mirara la película como hipnotizado.
Mientras coloreaban los distintos motivos (muchos dibujos en colores reales “asombroso”, se hicieron grupos de padre e hijos de 10 aproximadamente y fueron pasando al observatorio para la sesión con el planisferio, del primer grupo me encargué yo, bueno mejor dicho, el primer grupo se encargó de mi, no conseguí hacer callar a los malditos enanos y como por simpatía, los padres tomaron el mismo camino, las manos señalando los detalles de la cúpula, otras Manos haciendo sombras en el cielo, papeles que se interponían entre ella cúpula y el proyector, gritos, preguntas SOCORRRRROOOOOOO ¡ ¡ ¡ ¡ ¡.
Afortunadamente, Antonio estaba cerca, en la puerta evitando que se colara más gente y se hizo cargo de la situación, , el resto de los grupos, conducidos por Antonio, sin problemas, silenciosos , todo perfecto, hasta yo, que me quedé de vigilante de puerta hice de espectador en todas las sesiones restantes, cuando terminamos, sorpresa, todo recogido, limpio, perfecto y un hermoso regalo de los niños un cuaderno de dibujos sobre el sistema solar a tamaño gigante precioso y un políptico con las fases de la luna, ambos regalos quedarán para exponerlos en el observatorio y disfrutar de ellos, a partir de este momento, Antonio el pobre exhausto, puso cara de descanso y aspiraba aires de vacaciones mientras los demás montaban los telescopios fuera, Jesús y Pepa, Isabel Roblas, nuestra estrella fugaz particular, Jorge Gil, Carlos “Dr. Cluster”, etc. rodeados de pequeños y mayores diciendo que habían visto a Saturno, haciendo colas en los telescopios montados mientras el resto hacia cena en el parque, después, despedida y cierre que mañana es día de clases.
A destacar el éxito de la actividad, lo bien organizada que estaba y todo gracias a Antonio que actuó de una forma magistral, que no perdió los nervios en ningún momento y me sacó del lío en que me metí y lo comprometí.
Gracias Antonio, ahora tomate esas merecidas vacaciones.
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